Marco 6:45

Los discípulos en la tormenta.

Toda esta narrativa es histórica; todo literalmente tuvo lugar hace dieciocho siglos; pero al mismo tiempo esta página del Evangelio es como una parábola sublime cuyos rasgos más diminutos comprenden una enseñanza para todos los tiempos, y que está maravillosamente adaptada para sostener la fe de los creyentes de hoy.

I. ¿Qué es lo que tan a menudo perturba nuestra fe en las promesas divinas? Es el hecho de que Dios no dirige los eventos y las cosas para el triunfo de su causa, y que esa causa a menudo parece ser vencida por la fatalidad. Ésta es una contradicción que nos confunde. Dios quiere que la verdad prevalezca; Él ordena a su Iglesia que lo anuncie al mundo; Su diseño es aquí expreso y manifiesto; y cuando, para servirle, su Iglesia se pone manos a la obra, Dios permite que las circunstancias se opongan a ella y la obstaculicen.

Olvidamos que Cristo venció al mundo sólo levantando contra Él toda su resistencia; que la Cruz ha sido signo de triunfo sólo porque ha sido instrumento de castigo, y que en su aparente impotencia e ignominia debemos buscar en todo momento el secreto de su poder y de su invencible atractivo.

II. La historia es como una noche que se extiende a lo largo de los siglos; en todos los tiempos los creyentes están llamados a esperar la intervención de Dios, pero Dios se demora en llegar, y esa es la prueba suprema de la fe mayor, quizás, que la oposición de los hombres y hasta la persecución. A menudo, Cristo se le aparece a la humanidad como un fantasma. Esa imagen pura y santa muchas veces ha despertado en quienes lo vieron por primera vez, solo desconfianza, hostilidad, burla, y más de una generación lo ha saludado con un grito repugnante.

III. Pero en medio de la oscuridad que envuelve a los discípulos se oye una voz. Jesucristo ha hablado. Él ha dicho: "Soy yo; no temas". Los Apóstoles reconocen esa voz; en medio de la tormenta sus corazones son penetrados con una paz Divina. Es igual en todas las estaciones. Hay un énfasis incomparable en los dichos de Cristo. Ayer estuvimos en problemas y angustias, hoy escuchamos y estamos sometidos.

Explique quién puede este fenómeno. Es un hecho por el que hoy se levantarían testigos en todas partes del mundo. En todas partes y en todas las épocas hay hombres que son iluminados, aliviados, consolados por esta voz, y a quienes da una convicción invencible, una esperanza inmortal.

E. Bersier, Sermones, segunda serie, pág. 48.

Referencias: Marco 6:45 . AB Bruce, La formación de los doce, pág. 128; HM Luckock, Footprints of the Son of Man, pág. 140. Marco 6:47 ; Marco 6:48 . Revista homilética, vol. vii., pág. 83.

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