Mateo 19:17

¿Cómo vamos a ser aceptados por el Dios Todopoderoso a los pecadores? Sin duda, el sacrificio de Cristo en la cruz es la causa meritoria de nuestra justificación, y Su Iglesia es el instrumento ordenado para transmitirlo a nosotros. Pero nuestra pregunta actual se relaciona con otro tema, con nuestra propia participación en apropiarnos de él, y aquí digo que las Escrituras dan dos respuestas, diciendo a veces: "Cree y serás salvo", y otras veces, "Guarda los mandamientos y serás salvo". ser salvado." Consideremos si estos dos modos de hablar no son reconciliables entre sí.

I. ¿Qué se entiende por fe? Es sentirnos sinceramente que somos criaturas de Dios; es una percepción práctica del mundo invisible; es comprender que este mundo no es suficiente para nuestra felicidad, mirar más allá de él hacia Dios, darnos cuenta de Su presencia, esperar en Él, esforzarnos por aprender y hacer Su voluntad, y buscar nuestro bien en Él. No es un mero acto fuerte temporal o un sentimiento impetuoso de la mente, una impresión o un punto de vista que se le presenta, sino que es un hábito, un estado mental duradero y constante.

II. ¿Qué es la obediencia? Es el modo obvio sugerido por la naturaleza del comportamiento de una criatura a los ojos de Dios, que le teme como su Hacedor y sabe que, como pecador, tiene una causa especial para temerle. En tales circunstancias, hará lo que pueda para agradarle, como la mujer a quien nuestro Señor elogió. Y no encontrará nada mejor como ofrenda, o como evidencia, que la obediencia a esa santa ley que la conciencia le dice que Dios mismo nos ha dado; es decir, estará encantado de cumplir con su deber hasta donde sepa y pueda hacerlo.

Así, como es evidente, los dos estados mentales son en conjunto uno y el mismo; es bastante indiferente si decimos que un hombre busca a Dios con fe, o decimos que lo busca por obediencia; y mientras que el Dios Todopoderoso ha declarado bondadosamente que recibirá y bendecirá a todos los que lo busquen, es bastante indiferente si decimos que acepta a los que creen oa los que obedecen. Creer es mirar más allá de este mundo hacia Dios, y obedecer es mirar más allá de este mundo hacia Dios; creer es del corazón y obedecer es del corazón; creer no es un acto solitario, sino un hábito constante de confianza; y obedecer no es un acto solitario, sino un hábito constante de cumplir con nuestro deber en todas las cosas.

JH Newman, Parochial and Plain Sermons, vol. iii., pág. 77.

Referencias: Mateo 19:17 . FW Farrar, Anglican Pulpit of Today, pág. 220; Revista homilética, vol. ix., pág. 12; H. Wace, Expositor, segunda serie, vol. ii., pág. 195. Mateo 19:18 . EB Pusey, Sermones parroquiales y de la catedral, pág.

363. Mateo 19:19 . HW Beecher, Christian World Pulpit, vol. xiv., pág. 61; Spurgeon, Sermons, vol. iii., núm. 145; J. Jackson, Christian World Pulpit, vol. xxiv., pág. 157.

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