Mateo 24:6
La tormenta y la lucha de la vida.
I. Fue con la más clara previsión del curso del desarrollo de la
cristiandad que el Salvador pronunció esta oscura predicción. Sabía
que la contienda se desintegraría, el hambre se consumiría y la
espada mataría con diez veces más fuerza y ferocidad;... [ Seguir leyendo ]
Mateo 24:13
La perseverancia final no es inevitable.
Cuando nuestro Señor dice que nadie puede arrebatar de la mano del
Padre a los que son Suyos, no dice que los que son Suyos no puedan
quebrantarse ni apartarse de Él. ¿Qué más significa esa terrible
pregunta: "¿No os he elegido a los doce y uno... [ Seguir leyendo ]
Mateo 24:14
I. El Rey es nuestro Señor Jesucristo.
II. La sede de Su reino es el alma.
III. El espíritu de su reino es sabio, benéfico y santo. Cada reino
tiene su carácter peculiar.
IV. El progreso de su reino no es ostentoso. Es irresistible, pero
silencioso, como muchas de las fuerzas más pod... [ Seguir leyendo ]
Mateo 24:28
La Ley del Juicio Divino.
I. Cuando una bestia salvaje cae en el desierto, o una bestia de carga
en el camino, no hay movimiento en los cielos por un tiempo. Pero, muy
por encima de la comprensión humana, el buitre flota sobre sus alas;
y mirando hacia abajo, su ojo pronto distingue la... [ Seguir leyendo ]
Mateo 24:35
La inmutabilidad del Verbo Divino.
Cuando se pronunciaron las palabras del texto, la mirada del Salvador
descansaba sobre escenas cuya estabilidad prometía durar toda la
vida. Las colinas alrededor de Jerusalén parecían la fortaleza
levantada por la naturaleza para proteger de la desol... [ Seguir leyendo ]
Mateo 24:39
La moral de los accidentes.
I. Aquellos que escudriñan esas Escrituras comunes, los periódicos,
encontrarán muchas cosas que perturbarán demasiado sus corazones, si
estos corazones son susceptibles y compasivos, a menos que también
escudriñen las Sagradas Escrituras. Si encontramos a D... [ Seguir leyendo ]
Mateo 24:42
¿Quiénes son los que miran? ¿Cuáles son las señales, cabe
preguntarse, de que estamos despiertos y, de acuerdo con nuestro
deber, esperando siempre la venida de Cristo y de la muerte como su
mensajera?
I. A esta pregunta hay una respuesta sencilla; no se puede decir que
ningún hombre e... [ Seguir leyendo ]
Mateo 24:43
La incertidumbre de la vida, la gran razón de la santidad.
I. Con toda nuestra conciencia de que hay una gran misericordia en el
ocultamiento del futuro, no podemos cuestionar que habría mucha más
preparación para la muerte bajo un arreglo que avisara cuándo
terminaría la vida, que baj... [ Seguir leyendo ]