Comentario bíblico del sermón
Proverbios 25:16
I. La Biblia no prohíbe el placer. Lo que la Biblia prohíbe es el uso excesivo de placeres, placeres intempestivos y placeres que surgen del pecado o que conducen al pecado.
II. Al prohibir tales placeres, la Biblia se basa en un principio de benevolencia.
III. El principio es benévolo porque está de acuerdo con la constitución de nuestra naturaleza. Hay un punto en el que el placer se convierte en dolor. Es la ley de nuestro ser que para que el placer siga siendo placer, debe disfrutarse de manera moderada e intermitente.
Parker, City Temple, vol. I., Pág. 11.
Yo sostengo que el placer es una necesidad de nuestra naturaleza, que estamos hechos para disfrutar, y que la bondad de Dios, que ha hecho nuestra compleja constitución, nuestra hombría multifacética, tan maravillosamente capaz de placer, ha proporcionado abundantes provisiones. para plena satisfacción y deleite, En todos los verdaderos placeres físicos, entonces, el cristiano encuentra miel; y el buen Dios le dice: "¿Has hallado miel? Cómela".
II. Pero el ser físico del hombre es sólo una parte de su constitución noble y superior. Al igual que con el físico, así con el intelectual, la capacidad del cristiano corre a cuatro patas con la del incrédulo en la dirección de cualquier miel mental de placer y deleite que se pueda encontrar; y la realeza de la mente es al menos tan regia e imperial cuando se inclina ante el Cristo coronado como cuando la razón ata el símbolo señorial alrededor de su propia frente presuntuosa.
III. Está el hombre moral y espiritual, cuya existencia no se puede ignorar. Nadie disputará que hay miel en hacer el bien, que hay placer en la bondad y la verdad, y que, a menos que la conciencia esté completamente muerta, hay amargura en hacer el mal. No hay nada en la religión que pueda privarnos de todo el disfrute real, el verdadero placer, la miel satisfactoria, los placeres racionales, que son posibles para cualquiera en todo el mundo de Dios.
J. Jackson Wray, Light from the Old Lamp, pág. 171.
Referencias: Proverbios 25:17 . Revista del clérigo, vol. VIP. 59. Proverbios 25:21 ; Proverbios 25:22 . Nuevo manual de direcciones de escuela dominical, pág.
35; W. Arnot, Leyes del cielo, segunda serie, pág. 323. Proverbios 25:23 . Revista del clérigo, vol. ii, pág. 41.