Proverbios 8:17

I. "Yo amo a los que me aman". Se podría inferir de palabras como estas, que el hombre debe amar a Dios como condición previa o como condición del amoroso hombre de Dios. Pero la verdad es que nuestro amor por Dios no es más que el reflejo del amor de Dios por nosotros; de ninguna manera es una producción terrenal, sino que es celestial en todos los sentidos: nacimiento, crianza, fin y meta. Dios debe amarnos primero, no solo para rodearnos de misericordias, no solo para hacer arreglos que hagan posible nuestra salvación; sino para entrar en nuestras almas y volver a imprimir Su propia imagen, produciendo lo que naturalmente no tenemos un sentido de Su amor generando nuestro amor a cambio.

Mientras respiramos porque Dios nos ha insuflado el aliento de vida, amamos porque Dios ha encendido en nosotros una llama de afecto; de modo que no puede haber amor genuino excepto como resultado de una renovación de la naturaleza. Cuando respondemos al amor de Dios, convirtiéndonos en nuevas criaturas obedeciendo a los movimientos de su Espíritu y, por tanto, teniendo los afectos purificados y santificados para que se fijen una vez más en lo Infinito e Invisible; luego, como si no nos hubiera amado antes, tan completa es la relación a la que somos introducidos, habla en el lenguaje de nuestro texto: "Yo amo a los que me aman".

II. "Los que me buscan temprano me encontrarán". No argumentamos a partir de esto que, si no se ha buscado a Dios temprano, es en vano buscarlo en absoluto. Pero, sin embargo, la promesa explícita es para aquellos que buscan a Dios temprano; y no podemos, por tanto, dudar que hay ventajas para aquellos que comienzan en su juventud, que siempre alejarán ampliamente su caso del de otros que dan sus primeros años al mundo.

Considere los motivos que deberían impulsar a los jóvenes a buscar a Dios temprano. (1) Existe el hecho reconocido, aunque prácticamente olvidado, de que la vida de los jóvenes es tan incierta como la de los ancianos de que la salud y la fuerza no son una seguridad contra la pronta llegada de la muerte. (2) Si el texto no excluye de encontrar a aquellos que solo buscan al final, claramente implica que tendrán muchas más dificultades de las que habían buscado antes.

(3) A medida que los hombres envejecen, pierden gradualmente el gusto por los placeres que los han fascinado en la juventud; de modo que sobreviven a los placeres con los que se han contentado con poner en peligro su inmortalidad. ¿No es insultar a Dios ofrecerle el miserable remanente de vida que le has mantenido oculto mientras fue posible dedicarlo a sus enemigos? Debes buscar a Dios temprano, mientras hay un sacrificio que hacer, mientras hay pasiones que pueden ser mortificadas, ventajas que pueden ser resignadas, placeres que pueden ser abandonados.

H. Melvill, Penny Pulpit, No. 1684.

I. "Yo amo a los que me aman". Considere qué bendición debe ser ser amado por Jesucristo, por el mismo Hijo de Dios. (1) Jesucristo es muy grande. (2) Jesucristo es muy rico. (3) Jesucristo es muy bueno. (4) Perdona los pecados de aquellos a quienes ama. (5) Les da poder para llegar a ser buenos. (6) Él se encarga de que nadie a quien ama se pierda. (7) Está preparando un lugar en el cielo para aquellos a quienes ama.

II. Veamos quiénes son los que ama Jesucristo. "Yo amo a los que me aman". (1) Los que aman a Jesucristo creen todo lo que Él dice en la Biblia. (2) Los que aman a Jesucristo tratan de agradarle.

III. ¿Cómo debemos buscar a Jesucristo? (1) Debemos buscarlo en Su propio Libro. (2) Debemos buscarlo en Su propia Casa. (3) Debemos buscarlo de rodillas en oración.

IV. "Me encontrarán". Encontrarán la presencia del Señor en sus propios corazones y mentes.

V. "Temprano". (1) Buscar temprano es la forma más segura. ( 2 ) Buscar temprano es la forma más feliz. (3) Buscar temprano es la forma más fácil.

Obispo Ryle, Niños y niñas jugando, p. 19.

Considere las ventajas de buscar temprano a Dios.

I. Hay una ventaja incalculable en comenzar de temporada una obra que sabemos que es larga y difícil.

II. Otra ventaja de servir a Dios en nuestra juventud es la defensa que así se levanta contra las usurpaciones del vicio.

III. Un tercer beneficio es la promoción de la felicidad en el círculo familiar y la influencia benéfica que así se ejerce sobre compañeros y amigos.

IV. Otra bendición es la indescriptible satisfacción que se brinda a los padres y amigos.

V. Una quinta ventaja de buscar a Dios en la juventud es el fácil acceso que brinda a un trono de gracia.

VI. Otra ventaja es que estamos así preparados para afrontar con una sonrisa los oscuros ceños de la adversidad.

VII. Estamos así capacitados para esperar, con tranquila y santa resignación, la llegada de la muerte.

JN Norton, Golden Truths, pág. 319.

Referencias: Proverbios 8:17 . F. Tholuck, Horas de devoción, pág. 189. Proverbios 8:18 . W. Arnot, Leyes del cielo, primera serie, pág. 202. Proverbios 8:22 . Ibíd., Pág. 205. Proverbios 8:22 . R. Wardlaw, Conferencias sobre Proverbios, vol. i., pág. 195.

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