Salmo 119:132

¿Qué es este amor por el nombre de Dios que es tan precioso, y cómo se puede obtener?

I. Sabemos lo que pasa con nosotros cuando amamos mucho a cualquier persona entre los hombres. Es un gozo y una satisfacción para nosotros solo escuchar su nombre, o verlo en cualquier lugar escrito o impreso. Así es con aquellos que tienen alguna chispa de verdadero amor hacia Dios, y nuestro Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo de Dios. Se alegran de ver estos nombres sagrados en la Biblia o en cualquier otro buen libro, y de escucharlos pronunciarlos con reverencia religiosa.

II. Si de verdad amáramos ese nombre, ¿no lo recordaríamos continuamente y lo esconderíamos en nuestro corazón para no pecar contra él? ¿No estaría siempre presente en nuestra mente este dicho del sabio: "No pecaré, sabiendo que soy tenido por Tuyo"? De una forma u otra, el amor verdadero nos hará estar siempre más alerta para que el nombre del Amado que llevamos con nosotros no sufra en modo alguno por nuestra negligencia.

III. Aquellos que aman tanto el nombre de Dios ven el gran estímulo que se les ofrece. Están seguros de ser observados y de obtener misericordia. Porque está dicho: "Tú lo haces así con los que aman tu nombre". Dios Todopoderoso mirará a las personas devotas; No apartará de ellos su rostro; Será misericordioso con ellos cuando confiesen sus pecados. Él promete que nada en absoluto se perderá, lo cual hacemos simple y verdaderamente por el amor de Su nombre.

J. Kehle, Sermones para el año cristiano: domingos después de la Trinidad, Parte I., pág. 245.

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