Comentario bíblico del sermón
Salmo 139:23,24
I. Estas palabras expresan un llamado a la omnisciencia de Dios como prueba de la sinceridad del amor del salmista por él. Hay un franco afecto y candor en las palabras a las que corresponde fácilmente el corazón de nuestra propia experiencia personal. Respiran el tranquilo reposo de quien habla en confianza con otro en quien confía y en quien está autorizado a confiar.
II. Las palabras expresan un deseo sincero e indiviso de que nada en absoluto se interponga entre el alma y Dios, o interrumpa el disfrute de Su presencia. Este segundo sentimiento es una parte necesaria del primero. Todo lo que había en su corazón, o en sus pensamientos, o en sus modales y su conducta, desagradaba a Dios, y que le impedía caminar en el camino de la vida eterna que el salmista estaba dispuesto a renunciar, sin retener nada.
Su oración implica un deseo de santidad a cualquier costo de disciplina y castigo, un deseo de aprender la lección aunque debería estar debajo de la vara, de acercarse a Dios aunque el camino lo separe de todo lo que amaba abajo.
E. Garbett, Experiencias de la vida interior, pág. 106.
La bienaventuranza del conocimiento completo que Dios tiene de nosotros, este es el tema de nuestra meditación.
I. Piense, primero, en la bendición del conocimiento que Dios tiene de nuestra lealtad.
II. Piense en la bendición del conocimiento de Dios de nuestras luchas.
III. Piense en la bienaventuranza del conocimiento cabal de Dios de nuestros pecados.
IV. Considere el poder que toda buena resolución deriva del hecho de que podemos darlo a conocer a Dios.
V. Note la bendición del hecho de que Aquel que nos conoce a fondo es nuestro Ayudador y Líder.
A. Mackennal, Toque sanador de Cristo, pág. 45.
Referencias: Salmo 139:23 ; Salmo 139:24 . J. Keble, Sermones de la Cuaresma a Passiontide, p. 253; J. Vaughan, Fifty Sermons, décima serie, pág. 222; Preacher's Monthly, vol. iv., pág. 205. Salmo 139:24 .
Spurgeon, Sermons, vol. xv., núm. 903; T. Wallace, Christian World Pulpit, vol. viii., pág. 260. Salmo 139 P. Thomson, Expositor, 2do. serie, vol. i., pág. 177; G. Matheson, Ibíd., Vol. iv., pág. 356. Salmo 140:12 . J.
M. Neale, Sermones sobre pasajes de los salmos, pág. 310. Salmo 141:2 . EM Goulburn, Pensamientos sobre la religión personal, p. 50. Salmo 141:5 . Spurgeon, Sermons, vol. xviii., No. 1049.