Comentario del púlpito de James Nisbet
2 Crónicas 24:22
UN MARTIROMO HEBREO Y CRISTIANO
"Y cuando murió, dijo: El Señor lo mire y lo requiera".
'Señor, no les imputes este pecado. Y cuando dijo esto, se durmió.'
Cuando comparamos las palabras pronunciadas por el profeta Zacarías en su martirio: "El Señor lo mire y lo exija", con las palabras pronunciadas por San Esteban en su martirio: "Señor, no les imputes este pecado". somos conscientes de un contraste muy fuerte, y ahora la Iglesia de Inglaterra nos invita a prestar atención a este contraste; porque leemos parte de este capítulo veinticuatro de 2 Crónicas para la primera lección en la tarde de St.
Día de San Esteban. De hecho, tenemos ante nosotros en esta fiesta, uno al lado del otro, un martirio judío y cristiano. Será instructivo trazar un paralelo entre los dos. Los jóvenes de Judá vinieron e hicieron que Joás se sintiera insatisfecho con el culto de la casa que él mismo había restaurado, y lo rechazaron para que sirviera a las arboledas y a los ídolos. La ira de Dios pronto se vio amenazada sobre estos apóstatas.
Envió profetas para advertirles: 'Ellos testificaron contra ellos, pero no escucharon'. Entonces Zacarías, el hijo del anciano sacerdote, se puso en pie valientemente y les advirtió. Pero conspiraron contra él y lo apedrearon.
I. El Señor ciertamente 'miró' el crimen y 'lo requirió'. —Pero nuestra atención en este momento está restringida al punto del martirio en los casos de Joiada y Esteban, colocados uno al lado del otro.
II. Cuando pasamos de los Libros de Crónicas a los Libros de los Hechos de los Apóstoles, de la oración agonizante de los judíos a la oración agonizante del mártir cristiano, el cambio es muy notable. —En ciertos aspectos, de hecho, hay una gran similitud en estas dos escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. En ambos casos hubo un derramamiento directo del Espíritu Santo; en ambos una reprimenda valiente, recibida, no con arrepentimiento, sino con dureza de corazón.
En ambos reconocemos los horrores de esa cruel muerte por lapidación. Pero en otros aspectos, la diferencia entre las dos escenas es muy grande. Mientras contemplamos los cuerpos destrozados de los dos mártires y escuchamos sus últimos gritos, ¡cuán extrañamente diferentes son!
III. ¿Cómo podemos explicar esta diferencia de pensamiento y sentimiento en dos hombres, sobre cada uno de los cuales había descendido el Espíritu Santo? —Una palabra lo explica. Vivían bajo diferentes dispensaciones, de las cuales el principio de una era la justicia, de la otra la misericordia. Cuando la tierra se estaba desvaneciendo de los ojos de Zacarías, ¿a quién vio mientras miraba al cielo? Un Dios de venganza, por quien 'se pesan las acciones', rodeado de truenos, relámpagos y nubes. Cuando Stephen murió, ¿quién lo vio? "Él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la diestra de Dios".
—Dean Howson.