EL LLAMADO A LA SEPARACIÓN

'Salid de ella, pueblo mío'.

Apocalipsis 18:4

'Babilonia la grande' ( Apocalipsis 18:2 ) tipifica para nosotros en este siglo veinte el mundo impío. En este mundo tú y yo estamos viviendo y debemos vivir. ¿Somos de eso? ¿Le pertenecemos? Una vez fuimos del mundo, mundanos. ¿Hemos salido del mundo? ¿Hemos echado de nuestro corazón el espíritu mundano? Recuerde, 'la amistad del mundo es enemistad con Dios', y si vamos a servir a Dios debemos tomar la determinación de salir del mundo. El texto es la llamada a la separación. 'Sepárense' es el mandamiento, y es un llamado a la Iglesia como cuerpo corporativo, así como al creyente individual.

I. La llamada a la Iglesia. —Desde los primeros días, el espíritu del mundo ha invadido la Iglesia, y ha habido momentos en su historia en los que el espíritu de la mundanalidad ha dominado tanto su vida que parecía que no había diferencia: la Iglesia y el mundo parecían ser uno. ¿Cómo es hoy? 'Salid de ella, pueblo mío', y la Iglesia nunca será tan fuerte espiritualmente como cuando la línea de demarcación entre la Iglesia y el mundo está más claramente marcada.

II. La llamada al individuo. —Pero es a cada uno de nosotros a quien llega la llamada con mayor fuerza. Si queremos ser el pueblo de Cristo, no debemos formar parte del mundo. Y, sin embargo, el mundo y todo lo que el mundo representa es muy atractivo para nosotros, y muchos de nosotros cedemos al deseo de disfrutar de los placeres del mundo y, a veces, ¡ay! el pecado del mundo, mientras que al mismo tiempo profesa servir a Cristo. Pero esto no servirá. Debe haber una separación completa.

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