Apocalipsis 7:17

EL REBAÑO DE LA MONTAÑA CELESTIAL

"El Cordero que está en medio del Trono será su Pastor".

Apocalipsis 7:17 (RV)

La relación de Jesús y su pueblo como la del Pastor con sus ovejas se revela así como una relación eterna. La vida celestial es una vida vivida bajo el pastorado de Jesús. "El Cordero que está en medio del Trono será su Pastor".

I. Jesús es el Buen Pastor que, como el Moisés de antaño, conduce Su rebaño al monte de Dios y les sirve allí. —Cuando llegue la tarde de la era presente, vendrá como Pastor para reunir a Su rebaño. ¡Qué 'reunión del rebaño' será esa! Las ovejas que esperan en el Paraíso saldrán de sus pastos al llamado de la voz del Pastor y se reunirán en torno a Él en el aire.

'Los fieles en la tierra pasarán de la corrupción a la glorificación y, así, libres para responder a la atracción de nuestro Señor, serán arrebatados junto con ellos para encontrarse con el Señor. Así, los dos rebaños se convertirán visiblemente en uno, como antes eran uno en la realidad interior.

II. No es en la tierra ni en el Paraíso, sino en el cielo, donde este ideal se expresa plenamente. —Sólo en el cielo Jesús satisface plenamente el hambre y la sed de su pueblo. "En tu presencia hay plenitud de gozo, ya tu diestra hay placeres para siempre". Pero, ¿qué es esta vida celestial? Pregunto: ¿Qué es la vida celestial, no dónde está el cielo? Una triple bienaventuranza marca esta vida celestial.

( a ) Existe la bienaventuranza de la perfección personal realizada . La imperfección marca la vida cristiana aquí.

( b ) Existe el gozo de la unión y comunión perfeccionadas con nuestros conciudadanos en la ciudad celestial.

( c ) Existe el gozo de la unión perfecta con Dios en Cristo por medio del Espíritu Santo. Ésta es una condición esencial para una vida de perfecta satisfacción.

III. Así, la vida cristiana, de la pila al trono, es una vida vivida bajo el pastorado de Jesús Resucitado. —Es una vida vivida en Su única Santa Iglesia Católica bajo sus diversas condiciones como militante en la tierra, expectante en el Paraíso, glorificada en el cielo.

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