TRABAJO SIN PROMESAS

"Echa tu pan sobre las aguas, porque lo encontrarás después de muchos días".

Eclesiastés 11:1

I. El texto enseña la lección de obediencia al deber presente y de paciencia en cuanto al resultado futuro. —Hay una siembra que hace cada uno de nosotros para sí mismo: una siembra para la carne o también una siembra para el Espíritu; y según nuestra siembra sea de una u otra clase, nuestra cosecha será de felicidad o de miseria.

II. Una gran parte de esta siembra del Espíritu consiste en nuestra conducta hacia Dios, la otra en nuestra conducta hacia los demás. - (1) Supongamos que uno de ustedes se dispone de todo corazón a buscar a Dios. Dios nunca lo llevó a esperar que unas pocas horas o unos días de ansiedad apaciguaran para siempre su perspectiva de salvación. Él te pide que lo busques, y te asegura que a su debido tiempo Él será encontrado por ti. (2) No retengas la palabra que apunta al bien de un hermano. Bien puede decirse con humildad, cautela, desgana, gentileza; si no, perderá su influencia y se equivocará en ti.

Dean Vaughan.

Ilustración

¡Qué imprudente, qué absolutamente imprudente! Sin embargo, el mismo texto afirma que "lo encontraremos después de muchos días". No está perdido; la semilla se ha ido del granero para traerse cien veces más; la pequeña semilla que salió como un puñado volverá como un carro cargado de gavillas, de modo que debes agrandar la puerta para dar la mayor bienvenida. '

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