EL SEÑOR NO ES SLACK

'Yo soy el Señor; Hablaré, y se cumplirá la palabra que hablaré; no se aplazará más.

Ezequiel 12:25 (RV)

I. De diversas formas, el pueblo de Israel se esforzaba por minimizar los efectos de las denuncias del juicio de Ezequiel. —Ellos no negaron que él hablaba la Palabra de Dios, pero se consolaron con la reflexión de que no era probable que se cumpliera hasta dentro de algún tiempo. 'La visión que él ve durará muchos días'. Dios, por otro lado, dijo: 'No será más diferido'.

II. Todos estamos dispuestos a trasladar la obra maravillosa de Dios al pasado remoto o al futuro distante : o que Él hizo milagros o los hará. El cielo toca la tierra en este o aquel horizonte, pero está lejos del lugar donde nos encontramos. Ésta es la tendencia de nuestra mente, y por eso perdemos las manifestaciones de la gracia y el poder de Dios que esperan enriquecer nuestras vidas. Ahora es el tiempo aceptado, ahora el día de la salvación.

Como Cristo es, así somos nosotros. Hay tanto poder Divino y amor palpitante alrededor, y a nuestro alcance, como siempre llenó el aposento alto. Que Jesús hiciera milagros al comienzo de la era cristiana no es motivo de sorpresa, ni tampoco que hará cosas maravillosas al final; pero somos propensos a ser incrédulos de que nuestros propios días sean los días del Hijo del Hombre, la escena y el tiempo de sus poderosas hazañas.

No tenemos fe para ello y no hay lugar para que Él actúe. ¿Quién de nosotros se atreverá a traducir la Biblia en una experiencia diaria viva, y se atreverá a creer que Dios hará (por aquellos que confían en Él) todo, y más que todo, de lo que hizo por los de antaño? especialmente dando testimonio de sus palabras, con señales y prodigios, y mediante múltiples poderes y distribuciones del Espíritu Santo, según su propia voluntad? No excluyamos a Dios con nuestras actividades quisquillosas y energías autodirigidas, sino que dejemos espacio para que Él haga maravillas, mientras miramos o cooperamos, como Él dirige.

Todo lo que Dios ha dicho, lo hará. Ya sea de ira para el pecador o de salvación para el santo, no se aplazará más.

Ilustración

'Había llegado a ser un proverbio, ya que el juicio amenazado tardó tanto en llegar, que no llegaría en absoluto (San Lucas 18:8 ; 2 Pedro 3:3 ). La longanimidad de Dios, que está destinada a conducir al arrepentimiento, se cita, por tanto, en contra de su palabra.

Pero, a pesar de la burla burlona con la que se recibieron estas predicciones, Dios se ceñiría al cumplimiento preciso de sus amenazas. Algunos se atrevieron a afirmar que el juicio se aplazaría tanto tiempo que no llegaría en su momento. A estos, el Profeta dice en efecto: "El Juez está delante de la puerta". Prepárense para la refriega y observen como los que esperan el regreso de su Señor, que es tan seguro como la salida del sol de mañana.

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