Comentario del púlpito de James Nisbet
Isaías 11:4
EL MESÍAS JUSTO Y MISERICORDIOSO
"Con justicia juzgará al pobre, y con equidad reprenderá por los mansos de la tierra; herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío".
Como puede mostrarse de muchas maneras que la Iglesia de Cristo, aunque es una Iglesia con los judíos, difiere de ella como un reino, así ahora permítanme detenerme en este punto: que aunque es un reino como los imperios de la tierra, difiere de ellos en ser una Iglesia, es decir, un reino de verdad y justicia. Que la Escritura habla del reino de Cristo como no un reino terrenal, no sostenido por la fuerza del brazo o la fuerza de la mente, o cualquier otra facultad o don del hombre natural, es claro. Pero consideremos algunas objeciones a las que dan lugar las circunstancias de su historia y condición reales.
I. Se puede decir que el evento no ha cumplido las profecías; que el reino ha sido realmente grande y poderoso, pero no ha gobernado de acuerdo con la justicia y la verdad; que a veces ha tenido hombres muy malvados entre sus gobernantes, y que se han encontrado en ella grandes corrupciones, religiosas y morales; y que, como se ha dicho a veces, se han perpetrado peores crímenes bajo el tinte de la religión que de cualquier otra forma.
Pero esto se puede conceder en el argumento; sin embargo, el relato bíblico de la Iglesia permanece intacto. Es un reino de justicia, porque es un reino fundado, basado en la justicia.
II. En el Evangelio, los seguidores de Cristo están representados como pobres, despreciados, débiles e indefensos, como los apóstoles, de manera preeminente. —Pero en los Profetas, especialmente en Isaías, el reino se representa como rico, floreciente y honrado, poderoso y feliz. Si la Iglesia de Cristo buscara poder, riqueza y honor, caería de la gracia; pero no es menos cierto que los tendrá, aunque no los busque, o más bien, si no los busca.
Tal es la ley del reino de Cristo, tal la paradoja que se ve en su historia. Pertenece a los pobres en espíritu; pertenece a los perseguidos; está poseído por los mansos; es sostenido por el paciente. Conquista sufriendo; avanza retirándose; se hace sabio por la necedad.
III. El poder temporal y la riqueza, aunque no son esenciales para la Iglesia, son asistentes casi necesarios de ella. —No pueden estar mucho tiempo ausentes de él; es sólo cuestión de tiempo, mientras hablamos, cuando se añadan.