FUERZA EN TRANQUILIDAD

'En quietud y en confianza estará tu fuerza'.

Isaías 30:15

Nuestra debilidad a veces saca a la luz la fuerza de Dios. San Pablo dijo de sí mismo: "Cuando soy débil, entonces soy fuerte"; y de los santos del Antiguo Testamento, que ellos 'por debilidad fueron fortalecidos'. Por tanto, existe la fuerza en la debilidad. El texto lo remonta a dos principios, tranquilidad y confianza. 'En la tranquilidad y en la confianza será tu fuerza'.

I. Tranquilidad. - (1) Existe la tranquilidad de las circunstancias externas, cuando estamos apartados de todas las actividades de la vida y no tenemos fuerzas para ninguna de ellas; cuando no tenemos poder para nada y estamos obligados a estar quietos. Hay una voz amable, suave y gentil que puede hablarle al corazón cuando estamos apartados del bullicio de la vida. Esto es por lo que David oró cuando dijo: "Di a mi alma: Yo soy tu salvación".

(2) Hay tranquilidad de corazón. "Tranquilidad" en esta cláusula parece corresponder a "descanso" en la anterior. No es actividad, sino reposo. Hay momentos en que la mente está tan abatida por el cuerpo que ni siquiera puede hacer un esfuerzo religioso. Todo lo que puede hacer es descansar y apoyarse tranquilamente en el brazo amoroso del Señor; descansar y estar agradecido.

II. Confianza. —Pero no podemos descansar a menos que tengamos algo sobre lo que descansar. De modo que no puede haber tranquilidad a menos que haya confianza. Por confianza se entiende no la fe en un sistema, sino la confianza en una Persona.

(1) Confianza en su amor. Cuando pensamos en lo que ha hecho y en cómo amó Dios al mundo, podemos estar seguros de que nos ha amado; seguro también que Aquel que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su propia sangre, nos amará hasta el fin y nos guardará como a la niña de sus ojos.

(2) Confianza en sus planes. Él tiene sus propios planes para todos nosotros. Él sabe exactamente lo que queremos y lo que es realmente mejor para cada uno de nosotros, y nunca comete un error al planificar para nuestro bien.

(3) Confianza en la plenitud e integridad de su reconciliación. Esto se encuentra en el fondo de toda confianza, ¡y qué base noble es para ello! Mire la sangre de la expiación, la vida del Hijo de Dios. Mire el amor que lo impulsó, el sacrificio hecho en él y las promesas de perdón gratuito que se basan en él.

—Canon Hoare.

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