'GRAN FE'

'Oh mujer, grande es tu fe'.

Mateo 15:28

Hay muchos rasgos hermosos y sorprendentes en el carácter y la conducta de esta mujer sirofénica. Su cuidado maternal; su energía; su perseverancia; su determinación indomable; su humildad; su talento; su elocuencia; su súplica; pero Cristo fue movido y seleccionado, e hizo una selección honorable de sólo uno: su 'fe'.

I. El valor de la fe — El fundamento de toda gracia religiosa es la 'fe'. Creer en Dios, confiar realmente en Dios, es la suma y sustancia de una vida cristiana.

II. Los elementos de la fe — Nótese los elementos que formaron esta 'gran fe' de la mujer sirofénica.

(a) Dolor . El dolor parece haber sido, si no la cuna, pero ciertamente la escuela de la "fe" de esta mujer.

(b) Oración . Ella viene y hace su petición, como la 'fe' siempre debe venir y hacer su petición, dejando los detalles a Dios. Ella simplemente cuenta su dolor y no suplica nada más.

(c) Perseverancia . La prueba a la que fue sometida esta mujer fue sumamente severa.

III. El triunfo de la fe . Convirtiendo la repulsión misma en argumento, hace su irresistible súplica. El tiempo de prueba ha terminado; se aprende la lección; y la "fe" ha triunfado.

¿Fue así expuesta alguna vez una 'fe' tan hermosa para que la sigamos, la estudiemos, la imitemos?

—El reverendo James Vaughan.

Ilustración

'Debe haber muchas personas que le interesan, amigos o hijos, miembros de su propia familia o personas que dependen de usted, que saben que necesitan alguna ayuda espiritual que no puede darles, que nadie más que Cristo puede darles. Cuántos de nosotros nos sentimos amargamente ansiosos en estos días malos por los niños que tienen que salir al mundo con poco conocimiento de cómo evitar las tentaciones del diablo.

¿Qué vamos a hacer por ellos? Hay mucho que no podemos hacer por ellos. Nosotros mismos no podemos resistir sus tentaciones por ellos. No podemos poner nuestra propia experiencia en ellos. Quizás ni siquiera podamos persuadirlos de que vengan a la Iglesia, oren a Dios o busquen a Cristo. Esta pobre mujer no llevó a su hija a Cristo. Pero esto es lo que podemos hacer. Podemos hacer lo que hizo esta pobre mujer. Cuando Cristo venga entre nosotros, podremos hablarle por ellos como ella lo hizo por su hija.

Allí, en el altar de Cristo, cuando Él viene entre nosotros en Su Presencia especial, cuando, por así decirlo, viene directamente entre nosotros desde Su santo cielo a Tiro y Sidón de este mundo maligno, allí y entonces podemos encontrarnos con Él, y haga nuestra oración continua y repetida por los que están bajo el poder y ceden en las tentaciones del Diablo. '

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad