Comentario del púlpito de James Nisbet
Proverbios 5:6
CAMINO A NIVEL DE VIDA
"El camino llano de la vida ... Él nivela todos sus caminos".
Proverbios 5:6 ; Proverbios 5:21 (RV).
I. Es una expresión notable: "el camino llano de la vida"; y es un gran consuelo saber que Dios está siempre ante nosotros, nivelando nuestro camino, quitando obstáculos insuperables para que nuestros pies no tropiecen.
II. Puede ser que te encuentres ante una gran cadena montañosa de dificultad. —Delante de ti obstáculos, aparentemente insuperables, se alzan como un gigantesco muro hacia el cielo. Cuando cruzas el Jordán también hay una Jericó, que parece impedir todo avance, y tu corazón falla. Pero se le pide que crea que hay un camino nivelado que atraviesa esas poderosas barreras; un pase, como se le llama.
Caminar allí es fácil y agradable si te dejas llevar por él. Dios lo ha hecho, pero debes encontrarlo. ¡Cuánto tememos al pensar en esos abruptos acantilados! Parece que nunca podríamos escalarlos; pero si solo miráramos al Señor en lugar de a las colinas, si miráramos a Jehová por encima de las colinas, podríamos descansar en la fe segura de que Él nos mostrará el camino llano de la vida.
III. Tu camino no es llano, sino lleno de cantos rodados, que han rodado y ahogado. —Pero ¿no puede esto deberse en parte a tus errores o pecados, a tu obstinación y autodependencia? Hay dolores y pruebas en todas las vidas, pero no tienen por qué obstruir nuestro progreso. Seguramente el texto se refiere a esas dificultades que nos amenazan con su arresto, poniendo barreras en nuestro camino. Estos se nivelarían si le diéramos la dirección de nuestras vidas de manera más absoluta en las manos de Dios. Cuando Peter llegó a la puerta de hierro la encontró abierta; cuando las mujeres llegaron a la puerta del sepulcro, encontraron que la piedra había desaparecido.
Ilustración
'La estabilidad de un país depende enteramente de su vida hogareña. Mientras los hogares sean puros y temerosos de Dios, es imposible que su libertad o influencia se oscurezca permanentemente. Nuestra fuerza no está en nuestros brazos, ni en nuestros barcos, sino en la pureza de nuestros modales, la elevación del ideal doméstico. De ahí que este libro, que es el vademécum de una vida fuerte y dulce, sea tan enfático en la denuncia de la impureza. ¡Oh, que los jóvenes se tomaran en serio este capítulo!