EL DADOR DE AVIVAMIENTO

'Pedid al Señor lluvia en el tiempo de la lluvia tardía ... para que el Señor dé lluvias'.

Zacarías 10:1

I. El dador de avivamiento. —Pedido al Señor, lluvia. ¿Hay alguna entre las vanidades de los gentiles que pueda causar lluvia? ¿O pueden los paganos dar duchas? ¿No eres tú, Señor Dios nuestro? Por tanto, esperaremos en ti. Con Dios está el residuo del Espíritu, y no da el Espíritu Santo por medida. El amo de las mareas, las estaciones y los vientos es Él. Él envía los manantiales a los valles que corren entre las colinas.

Él riega los montes desde sus cámaras; Envía su Espíritu y renueva la faz de la tierra. Éstas son sólo partes de Sus caminos: Sus caminos en la naturaleza; pero, ¿cuánto más es Él el Dador de lluvias vivificantes en el ámbito espiritual?

II El tiempo del avivamiento. —La lluvia tardía es necesaria para hinchar el maíz. Sin él, la tierra no podría producir sus cosechas en los viñedos y los campos. Por tanto, Dios está comprometido a proveer para las obras de sus manos. Una larga observación le ha enseñado al oriental que la lluvia llegará en una determinada estación del año, porque de lo contrario sus operaciones deben abortar. Entonces, ¿qué diremos de la obra de Dios en Su Iglesia? ¿No podemos contar con ello? Y cuando hayamos llegado a cierto punto, y todas nuestras operaciones estén paralizadas por falta de Su ayuda, que no nos volvamos a Él y le digamos: 'Este es sin duda el tiempo de la lluvia tardía; ¡Estamos confiando en que no fallarás! '

III. Los medios instrumentales del avivamiento. -'Pedir.' Se consultará al Señor por estas cosas. La ley de la oración debe ponerse en práctica. Si tan solo pudiéramos poner de rodillas a toda la Iglesia, no habría duda en cuanto a las lluvias descendentes. Si esta era está cerca de su fin, ¿no podemos esperar un Pentecostés en el último como en el primer fin? ¡Pídelo al Señor!

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