S T. EPÍSTOLA DE PABLO A LOS FILIPENSES.
FILIPI, antes Dathos, la ciudad principal de Macedonia, como se indica en el capítulo dieciséis de los Hechos. Está situado en la orilla occidental del río Strymon, que dividió a la antigua Tracia de Macedonia. Felipe lo reconstruyó y embelleció, y lo llamó por su nombre. Se encuentra en una colina y fue fortalecida por la naturaleza y el arte. Se han descubierto algunas monedas que Julio César otorgó como favores a la ciudad, en el momento en que se plantó allí la colonia romana.
Cerca de esta ciudad se encuentran los famosos campos de Farsalia, donde se libraron dos batallas muy importantes, cuarenta y ocho años antes de la æra cristiana. El primero entre César y Pompeyo, el último de los cuales fue derrotado con la pérdida de veinte mil hombres. El segundo también fue combatido por Augusto, contra Bruto y Casio, ambos muertos.
Virgilio asocia estas batallas con todos los errores vulgares y maravillas maravillosas de la época. Hace chillar los pájaros, sangrar los ríos y temblar la tierra. Así fue como Filipos vio en dos ocasiones a los ejércitos romanos competir en guerras civiles.
Ergo inter sese paribus concurrere telis
Romanas acies iterum videre
Filipos. Georgica. 1: 489.
Esta epístola desarrolla el alma de Pablo en la gloria de la doctrina, en toda excelencia moral, en la sabiduría de las palabras, en los cuidados pastorales y en todas las gracias consumadas que pertenecen a la más alta categoría de mártires y confesores del Señor.