El ilustrador bíblico
1 Crónicas 10:8-10
Y sucedió que al día siguiente, cuando vinieron los filisteos a despojar a los muertos, encontraron a Saúl.
Un buen comienzo con un mal final
Muchos hombres comienzan con una ascendencia influyente, posición social, amplia educación, competencia pecuniaria, pero siguen un camino cuesta abajo, cayendo primero en la negligencia y luego en el olvido. La grandeza física, la seguridad social, el aplauso público son continuamente reprendidos, humillados y avergonzados. El proverbio dice sabiamente: "No llames feliz a nadie hasta que muera". El significado es que, en el mejor de los casos, un hombre puede cometer un desliz que degradará toda su vida en todos los sentidos del término.
No hay más que un paso entre el hombre y la muerte, no sólo la muerte física, sino la muerte del carácter, la reputación y la influencia. Queda con cada hombre decir si un buen comienzo tendrá un buen final. Esta es una cuestión de disciplina personal, santa comunión con Dios y aceptación de todos los procesos que han sido establecidos divinamente para la formación y santificación del hombre. La palabra llega con especial urgencia a los jóvenes, a los hombres de influencia, a los hombres de éxito y a todos los que se dejan arrastrar por las tentaciones propias de la alta posición y la amplia influencia. ( J. Parker, DD )