En ese momento, Abías, hijo de Jeroboam, cayó enfermo.

Un buen chico y una mala familia

Una hermosa flor en un desierto; una hermosa rosa entre espinas; una rama fructífera de un árbol corrupto. Vamos a hablar de un niño que era como esa flor, rosa o rama.

I. El padre de este niño era muy malvado. Dios había sido bondadoso con este hombre. En lugar de recordar la bondad de Dios y obedecerle, trató de apartar todos los pensamientos de Dios de su mente y lo desobedeció. Hizo que se hicieran dos becerros de oro. A uno lo puso en Dan y al otro en Betel. Se adoró a sí mismo. El pecado es como descender por una colina, un río en su curso, un árbol en su avance. Esto se vio en su vida. Algunos de los reyes que le precedieron fueron malvados, pero él fue el peor.

II. La madre de este niño era una engañadora.

III. Aunque este niño tenía un padre malvado y una madre engañosa, era bueno. Se nos dice que en él se halló algo bueno para con el Señor Dios de Israel.

1. Esto bueno era la religión. Se considera bueno por cuatro razones:

(1) Viene del buen Dios.

(2) Hace buenos a los que verdaderamente lo reciben.

(3) Les lleva a hacer el bien a los demás.

(4) Los prepara para el buen lugar, el cielo.

2. La religión estaba en este niño:

(1) En su mente.

(2) En su corazón.

(3) En todas sus palabras y acciones.

La religión se encontró en este niño.

(1) Fue encontrado por Dios, porque Él ve todas las cosas.

(2) Fue encontrado por el mismo niño. Lo hizo feliz, fuerte y esperanzado.

(3) Fue encontrado por todos los que lo conocieron. Para ellos era una luz brillante, o como una ciudad en una colina.

3. ¿Cómo podía ser tan diferente a su padre y su madre?

(1) Creyó lo que estaba escrito en las Sagradas Escrituras.

(2) Le oró a Dios.

(3) Su victoria fue el rey de sus circunstancias.

Imítalo en estas tres cosas. Si algunos de ustedes tienen hogares impíos, entonces aprenderán, como él, que pueden ser piadosos allí.

IV. Este chico murió. ( A. McAuslane, DD )

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