El ilustrador bíblico
2 Reyes 8:7-15
Eliseo llegó a Damasco.
Personajes llamativos
Tenemos aqui--
I. Un rey moribundo.
1. Este rey moribundo estaba muy ansioso. "¿Debo recuperarme de esta enfermedad?" Esta era la pregunta que quería que Eliseo respondiera. No, puede estar seguro, en negativo. Sabiendo algunas de las maravillas que había realizado Eliseo, con toda probabilidad imaginó que ejercería su poder milagroso en su favor y le devolvería la vida. Todos los hombres temen más o menos a la muerte, los reyes quizás más que otros. Si son impíos, tienen más que perder y nada que ganar. Observar,
2. Su ansiedad lo impulsó a hacer cosas extrañas.
(1) Le resultó extraño pedirle un favor al hombre cuya muerte había buscado con avidez. ¡Qué cambio es este! Las últimas horas invierten nuestros juicios, revolucionan nuestros sentimientos, derriban a los elevados.
(2) Le resultó extraño pedirle un favor a un hombre cuya religión odiaba. Ben-adad era un idólatra.
(3) Le resultaba extraño hacer regalos costosos a un pobre hombre solitario. ¿Qué es para él la riqueza, la grandeza, la corona, el cetro del monarca más poderoso cuando se siente morir? Él cambiará todo por unas pocas horas de vida. Tenemos aqui--
II. Un profeta patriótico. “Y Eliseo le dijo: Ve, dile (Ben-adad): Ciertamente sanarás; sin embargo, Jehová me ha mostrado que ciertamente morirá”. “No hubo contradicción en este mensaje. La primera parte fue propiamente la respuesta a la pregunta de Ben-adad. La segunda parte estaba destinada a Hazael, quien, como un cortesano ingenioso y ambicioso, informó solo de la declaración del profeta en la medida en que se adaptara a sus propios puntos de vista ". Tenemos aqui--
III. Un cortesano ignorante de sí mismo. "Y Hazael dijo: ¿Pero qué es tu siervo un perro para que haga esta gran cosa?" La conducta de este hombre, como se registra aquí, sugiere dos comentarios generales.
1. Los gérmenes del mal pueden existir en la mente de un hombre malvado, del cual es completamente inconsciente.
2. Por la fuerza de las circunstancias, estos gérmenes se desarrollan en toda su enormidad. ( Homilista. )