He aquí que vienen siete años de gran abundancia

José como profeta

Al interpretar el sueño de Faraón, José se muestra a sí mismo como un verdadero profeta del Señor.

Tiene todas las marcas de aquellos que están llamados a revelar la mente divina al hombre.

I. ATRACCIÓN. El verdadero profeta no teme al hombre. Habla la palabra que Dios le ha dado, independientemente de las consecuencias. Está dispuesto a reprender incluso a los reyes, a decir verdades, por desagradables que sean. Se requería algo de valor para emprender la peligrosa tarea de anunciar a este déspota egipcio una hambruna de siete años. Pero José tenía toda la valentía de un hombre que se siente inspirado por Dios.

II. FRANQUEZA. Joseph habló de inmediato, sin dudarlo. No hubo que arrastrar los pies para ganar tiempo; sin murmurar, sin encantamientos, a la manera de los oráculos y profetas paganos. Esta franqueza simple y clara es la característica especial de las Sagradas Escrituras; y por el que se distinguen de la literatura del mundo, que sobre las cuestiones más profundas y preocupantes nunca llega a una conclusión estable.

III. LO POSITIVO. La interpretación de José fue completamente explícita y clara. No hay signos de duda o recelo. Esta certeza divina es la marca común de todos los profetas de Dios. ( TH Leale. )

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