Uno que trae buenas nuevas

Ordenación divina

I. LOS MINISTROS SON DIVINAMENTE ORDENADOS. Vienen de Dios. "F daré". El ministerio no es una de las profesiones literarias, ni un oficio secular. Los colegios y seminarios no los hacen.

II. SON UN REGALO DE LA GRACIA DE DIOS. Ni el mérito, la riqueza o la respetabilidad de la Iglesia tienen derecho a ellos, ni un salario los contrata, ni la ordenación los comisiona en el más alto sentido. Son un beneficio.

III. LA OBRA DEL JEFE DEL MINISTRO ES SER PORTADOR DE BUENAS NUEVAS. No excluye otras cosas que acompañan a la salvación, pero el anuncio del Evangelio debe ser su empleo específico, constante, alegre, entusiasta, confiado. A tiempo, fuera de tiempo, en el púlpito y en privado, su corazón y sus labios rebosarán de "buenas nuevas". Porque--

1. Son lo que los hombres, todos los hombres, todos los hombres en todas partes y siempre necesitan, y necesitan más imperiosamente.

2. Cuanto más se predican las buenas nuevas, más abierto es el camino para todo lo demás relacionado con la obra del pastor, y más eficaces son todos los departamentos de su ministerio.

3. Ella, y sólo ella, es el poder de Dios y la sabiduría de Dios para salvación y santificación. ( Revisión homilética. )

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