Retira tu pie de la casa de tu prójimo.

Malos vecinos

Aquí hay cuatro tipos.

I. El intruso. Es agradable recibir la visita de un vecino cuyo interés es genuino. Dos males se acumulan en aquellos vecinos cuyas visitas son intrusivas.

1. Se vuelven aburridos. No hay nada nuevo en ellos.

2. Se vuelven desagradables. La consecuencia natural del fastidio. No seas demasiado íntimo con nadie. Livy comenta "que la perfección del buen comportamiento es que un hombre conserve su dignidad sin entrometerse en la libertad de otro". Otro mal vecino aquí indicado es:

II. El calumniador. "El hombre que da falso testimonio contra su prójimo es un mazo, una espada y una flecha afilada".

1. Un mazo. Esta antigua palabra inglesa, que ahora está obsoleta, significa un martillo o un garrote, un implemento utilizado en la guerra dura de los combatientes en los viejos tiempos.

2. Una espada. Otro implemento mortal, ese por el que millones de hombres han sido asesinados en todas las épocas.

3. Una flecha afilada. Otra arma de destrucción. Un vecino calumniador es tan travieso como cualquiera o todas estas armas asesinas. Llama, corta, perfora; te destruye con su lengua. No tu cuerpo, sino tus planes, tu prosperidad, tu reputación, tu felicidad. Otro mal vecino aquí indicado es:

III. Los infieles. "La confianza en un hombre infiel, en tiempos de angustia, es como un diente roto y un pie descoyuntado".

1. Que el infiel fracasa. Como el "diente roto" y el "pie descoyuntado", no cumple con lo que se le pide. Justo cuando quiere comer, encuentra que el diente está roto y es inútil; justo cuando se levanta para caminar, se da cuenta de que su pie está descoyuntado. Lo mismo ocurre con el hombre infiel. Todas sus antiguas promesas de amistad resultan ser mentiras, nada menos.

2. El infiel te duele. En el uso del diente roto y el pie desarticulado cuando los prueba, no solo hay desilusión, sino tortura. Tal es la angustia mental causada por la falta de confianza, en proporción al grado en que la haya apreciado. Esto se siente especialmente "en tiempos de problemas", cuando la ayuda es tan particularmente necesaria. Confiar y dejarse engañar es en cualquier momento una amarga prueba.

IV. Los imprudentes. "Como el que se quita la ropa en el frío, y como el vinagre sobre el salitre, así es el que canta canciones a un corazón afligido". Cuando estás en problemas, hay vecinos cuyo intento de consolarte es tan absurdo y tan ineficaz como quitarle a un hombre su ropa cuando hace frío, y como darle a beber a un sediento vinagre sobre salitre.

1. El consolador imprudente es aquel que presenta temas incongruentes. A veces habla sobre temas mundanos, temas de lucro, moda y diversión, cuando la mente angustiada está dolorosamente agitada por pensamientos serios.

2. El consolador imprudente es aquel que presenta temas apropiados con un espíritu incongruente. Habla de las cosas correctas, pero habla de ellas con un espíritu poco comprensivo, a veces no devoto, indolente, frío y dogmático. El consuelo de un hombre así es de hecho vinagre sobre salitre, conflictivo, irritante y doloroso. ( D. Thomas, DD .)

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