Que no tiene guía, supervisor ni gobernante.

Se necesitan supervisores

Cuando comencé a emplear obreros en este país (Palestina), nada me molestó más que la necesidad de contratar también un supervisor, o de desempeñar este cargo yo mismo. Pero pronto descubrí que esto era universal y estrictamente necesario. Sin un superintendente se haría muy poco trabajo, y nada como debería ser. Los obreros, a diferencia de la hormiga, no trabajarán en absoluto a menos que se los respete y los dirija un supervisor, que es él mismo un perfecto ejemplo de pereza.

No hace absolutamente nada más que fumar su pipa, ordenar esto, regañar a aquél y discutir el cómo y el por qué con los propios hombres o con los transeúntes ociosos. Las hormigas se las arreglan mucho mejor. Cada uno atiende su propio negocio y lo hace bien. ( W. Thomson. )

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