El ilustrador bíblico
Rut 3:4
Descubre sus pies y acuéstate.
Expedientes dudosos
I. Comenzamos con algunas observaciones explicativas, con el propósito de reivindicar la narrativa frente a malentendidos y abusos.
1. Debemos advertir la contrariedad general de las costumbres pastorales con las nuestras que marcaron aquellos tiempos antiguos en Oriente. ¡Qué sencillez sin adornos! Con las ropas que había usado durante el día, se arroja a descansar al final de los montones de maíz aventado, sin nada más que una simple estera debajo de él, y una cubierta o manto similar encima de él. Cuán diferente es todo esto de la dignidad y reserva que se mantendrían y de los muchos lujos y comodidades artificiales que poseería una persona de rango y riqueza similar entre nosotros.
2. Es un hecho que, tanto en aquellos tiempos como hasta esta hora en Oriente, los sirvientes estaban acostumbrados a ponerse así a los pies de su amo. Un viajero moderno menciona que sus sirvientes árabes estaban bastante acostumbrados a hacerlo con él; y, en las tardes frías, de reclamar el privilegio, que había descendido de un uso inmemorial, de cubrirse con las faldas de la larga estera o manto en que se envolvía su persona.
3. Además, es un hecho interesante relacionado con el presente tema, que una parte muy prominente de la ceremonia de matrimonio entre los orientales era que el novio arrojara la falda de su túnica sobre la novia. El acto de Rut aquí descrito fue, por tanto, un acto significativo, en el que ella reclamó la protección de Booz y el reconocimiento honorable de ella como su esposa.
4. Debe observarse además que, si bien toda la escena demuestra que Booz fue un hombre de espíritu muy puro y de virtudes sensibles, la conducta de Rut no lo hace dudar ni cuestionar su pureza ni por un momento. Pero aquí cesa nuestra defensa, al menos con respecto a Noemí. Mientras reivindicamos sus intenciones, nos vemos obligados a censurar sus medidas; mientras la absolvemos de diseñar el mal, debemos culparla por no “abstenerse de toda apariencia de maldad.
”Hubo demasiada astucia y estratagema en la forma de toda la transacción. Hubo un forzamiento de la Providencia donde debería haber estado esperando con confianza; un corte de un camino corto hacia un tema deseado, en lugar de moverse en el camino que Dios podría abrirle.
II. así explicado, la transacción sugiere algunas lecciones prácticas importantes.
1. El deber de cuidar nuestro buen nombre. "Hay dos cosas", dice San Agustín, "de las cuales todo hombre debe ser especialmente cauteloso y tierno: su conciencia y su crédito".
2. El deber de la caridad en nuestro juicio hacia los demás. A menudo se encontrará que es el camino más sabio hacer nuestra estimación de una acción dudosa por parte del personaje del actor, y cuando tenemos dudas, dejar que el amor cambie la escala. Las personas le parecen a cada hombre lo que es para sí mismo. Quien sospecha de hipocresía en el mundo rara vez es transparente; el hombre que está constantemente al acecho de una trampa es generalmente deshonesto; el que sospecha de la impureza es lascivo.
3. Es un primer principio, en la moral cristiana, que el deber siempre debe tener preferencia antes que la inclinación. ¡Qué verdadera caballerosidad cristiana, nacida de la fe, había en el corazón de este campesino de Belén! No solo era severamente honesto, sino también sensiblemente honorable, llevando su escudo sin una marca siniestra en él.
4. Seguramente no es antinatural ascender en pensamiento de Booz a Aquel que, en un sentido infinitamente superior, es nuestro Pariente Redentor, quien se convirtió en "hueso de nuestros huesos y carne de nuestra carne", y murió como la víctima propiciatoria por nuestra ofensas, a fin de que Él pudiera reinstalarnos en el favor divino y redimirnos la herencia celestial que habíamos perdido. ( A. Thomson, DD )