Temed al Señor, vosotros sus santos.

Una noble cobardía

Esto significa que el temor de Dios no indica un defecto de la naturaleza. La ceguera es un defecto; sordera, cojera: implican privaciones. Pero el temor de Dios no implica privaciones; implica posesión. Cuando entro en una galería de pinturas, contemplo la obra de algún maestro y digo: "Me temo que nunca llegaré a eso", ¿eso indica una necesidad de mi parte? No, es participación. Es el testimonio de que ya soy artista.

Mi miedo es la sombra de mi amor; la nube en la que entro nace de mi gloria transfigurada. No me separaría de mi nube, ni por los rayos del sol, ni por los mundos. Me dice que he visto regiones más allá. Es por el alma del artista que conozco mi propia falta de arte. Mi noche ha venido del día; no es el deseo lo que me hace temer. Oh, Tú Divinamente Hermoso, crea en mí el miedo del artista.

Dame la sensación de que no puedo acercarme a Ti, que te estoy siguiendo de lejos. Déjame sentir que Tú estás en el cielo y yo en la tierra. Déjame temblar ante Tu hermosura, temblar ante la imposibilidad de ser jamás digno de Ti. Mi temblor es mi triunfo; mi agacharse es mi corona; mi día de juicio es mi año de jubileo, porque mi clamor procede del sabor de tu gloria, nada falta en los que te temen. ( G. Matheson, DD )

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