El ilustrador bíblico
Salmo 37:34
Espera en Jehová y guarda su camino, y él te exaltará para heredar la tierra; cuando los impíos sean exterminados, tú la verás.
Una advertencia y una promesa doble.
I. La amonestación.
1. Espere en el Señor. ¿Esperas así? ¿Ahora, en el tiempo presente y en todo momento?
2. Mantenga su camino. Esto está muy bien conectado con el primero. Espera y trabaja. Espera y camina. Obtenga gracia y ejercítela.
II. La promesa.
1. "Te exaltará para heredar la tierra". Dios es la fuente de toda elevación y honor.
2. “Cuando los impíos sean exterminados, tú”, etc. Y serán excluidos de todo lo que disfrutan aquí, y de toda esperanza en el más allá. Y así como el santo verá la destrucción del pecador, el pecador verá la salvación de los justos y no participará de ella. Esto debe ser una fuente para él de la más profunda angustia, porque podría haber sido la suya. ( W. Jay. )
La obediencia, el remedio para la perplejidad religiosa
A algunas personas les puede parecer extraño hablar de dificultades en la religión, porque no encuentran ninguna. Pero esto surge, en muchos casos, del desconocimiento de la religión misma. Observan formas, pero su corazón no está en el trabajo. Pero cuando se despiertan y buscan fervientemente el camino correcto, de vez en cuando se sienten turbados por dudas y recelos, y oprimidos por la tristeza. A todos los que están perplejos, se les debe dar un precepto: obedecer.
Es la obediencia lo que lleva al hombre por el camino correcto; es la obediencia lo que lo mantiene allí y lo fortalece en ella. En todas las circunstancias, cualquiera que sea la causa de su angustia, obedece. Aplique esta exhortación a aquellos que recientemente han abordado el tema de la religión. Toda ciencia tiene sus dificultades al principio; ¿Por qué, entonces, la ciencia del buen vivir debería estar sin ellos? Y otros se impacientan consigo mismos, olvidándose de que el espíritu cristiano es el crecimiento del tiempo y que no podemos imponerlo en nuestras mentes, por más deseable y necesario que sea poseerlo; que al dar expresión a los sentimientos religiosos no nos volvemos religiosos, sino al revés; mientras que si nos esforzamos por obedecer la voluntad de Dios en todas las cosas, en realidad deberíamos estar adiestrando gradualmente nuestro corazón en la plenitud de un espíritu cristiano.
Pero, al no entender esto, los hombres se ven inducidos a hablar mucho sobre temas sagrados, con la esperanza de que los mejoren; y miden su avance en fe y santidad, no por su poder de obedecer a Dios en la práctica, sino por el calor y energía de sus sentimientos religiosos. Y luego, cuando éstos fallan, y cuando, como sucede a veces, sus viejos pecados reviven, se desaniman y sienten la tentación de desesperar.
Pero que “esperen en el Señor”, esta es la regla; “Guarda su camino”, esta es la manera de esperar. Cumpla con su deber; importa tanto las pequeñas cosas como las grandes. No se detenga y diga: “Soy como era; día tras día pasa, y todavía no hay luz ”; seguir. ( JH Newman. )