El ilustrador bíblico
Salmo 37:39,40
La salvación de los justos es del Señor.
Un testimonio de la gracia soberana y libre
"La salvación de los justos" en el sentido más amplio de la palabra "es del Señor"; y cuanto más amplio sea el significado que le demos, más completamente veremos que debe ser divino. Al mismo tiempo, nuestra vida se compone de una serie de salvaciones, y cada una de ellas es del Señor. Constantemente estamos siendo salvados, salvados de esta y aquella forma de peligro y maldad. A medida que cada problema diario amenaza con hundirnos, nos salvamos de él. Como cada tentación, como un dragón, amenaza con devorarnos, somos salvados de ella. Nuestro Dios es el Dios de la salvación.
I. Esta es la esencia de la sana doctrina. La salvación de los justos es del Señor, sí, del Triuno Jehová, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en ...
1. La planificación.
2. La provisión.
3. El comienzo.
4. El continuar.
5. La finalización.
II. Este es un hecho necesario. Los santos lo reconocen; por--
1. Sus conflictos internos les hacen saber que solo Dios debe obrar la salvación. Son demasiado volubles y débiles para salvarse a sí mismos.
2. Sus tentaciones externas los llevan a la misma conclusión. Están bien guardados a los que Dios guarda, pero a nadie más.
3. El odio del mundo los aleja de toda esperanza en ese barrio. Dios es más grande que un mundo en armas.
4. Sus pruebas y aflicciones diarias los aplastarían si la Omnipotencia no los sostuviera. Solo la gracia de Dios puede ser suficiente.
5. La muerte de los hipócritas es una triste prueba de lo poco que puede hacer el hombre. Los creyentes temporales perecen como flores que nunca se dan fruto y, por lo tanto, caen del árbol.
III. Este es un dulce consuelo. Esta verdad, que de Dios el Señor es la salvación de sus santos, obra en gracia:
1. Conducirlos a una sólida confianza.
2. Estimularlos a la oración de fe.
3. Instándolos a mirar fuera de sí mismos.
4. Inspirándolos con grandes pensamientos de Dios, y--
5. Guiarlos a ofrecer alabanza de adoración a su Redentor.
IV. Ésta es una razón para la humildad.
1. Despoja a los justos de todo orgullo por el hecho de ser salvos.
2. De toda exaltación de sí mismos porque continúan en su integridad.
3. De toda censura indebida a los caídos; porque ellos mismos habrían fallado si el Señor no los hubiera sostenido.
4. De toda confianza en sí mismos en cuanto al futuro, ya que su debilidad es inherente y perdurable.
5. De todos los que se enorgullecen de sí mismos, incluso en el cielo, puesto que en todo son deudores a la gracia soberana.
V. Este es un terreno fecundo de esperanza.
1. En referencia a nuestras propias dificultades: Dios puede liberarnos.
2. En referencia a nuestros hermanos probados: el Señor puede sostenerlos, santificarlos y librarlos.
3. En referencia a la búsqueda de almas: podemos dejar sus casos en manos del Salvador. Él es capaz de salvar al máximo.
4. En referencia a los pecadores: no pueden ser demasiado degradados, obstinados, ignorantes o falsos; Dios puede obrar la salvación incluso en lo peor. ( CH Spurgeon. )