Corté las naciones.

Terribles calamidades en la historia de la humanidad

En estos versículos el profeta resume todo lo que había dicho en los versículos anteriores de este capítulo, y así cierra su admonición al arrepentimiento con el anuncio de juicios tremendos. Estos versículos nos recuerdan las siguientes grandes verdades:

I. Que hay un sentido en el que las calamidades más terribles de la historia humana pueden atribuirse a Dios. Aquí se lo representa cortando las naciones, destruyendo sus "torres", haciendo sus "calles desoladas", de modo que "no hay hombre" y "ningún habitante".

II. Que el gran propósito de tales calamidades es la promoción del mejoramiento moral entre la humanidad. Así como las tormentas, las nieves, las heladas y los vientos cortantes del invierno ayudan a traer la exuberante primavera, las calamidades en la vida humana contribuyen a la regeneración moral de la humanidad.

III. Que la no realización de este designio entre un pueblo los expone a una terrible retribución. "Pero se levantaron temprano y corrompieron todas sus obras". Los hombres de Jerusalén, en lugar de mejorar por estas terribles calamidades, empeoraron. Ellos "corrompieron todas sus acciones". Esto lo hicieron con asiduidad. ( Homilista. )

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