Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma, ya que el SEÑOR te ha impedido venir a derramar sangre y a vengarte por tu propia mano, ahora tus enemigos y los que buscan el mal para mi señor, sean como Nabal.

Ver. 26. Vive el Señor y vive tu alma. ] Esta última parte no es un juramento, sino una aseveración, u obtestación solamente, junto con el juramento.

Ver al Señor te ha retenido. ] David no vio a Dios en este asunto del vil trato de Nabal con él, como lo hizo después cuando Simei lo insultó, y lo soportó con mayor paciencia. Abigail, por tanto, le acuerda de Dios, a quien pertenece la venganza, para muy buen propósito.

Ahora deja que tus enemigos ... sean como Nabal.] Tan poco capaz de dañarte, tanto también en tu poder y a tu placer, como él lo es en este momento, ya que puedes deshacerlo tan fácilmente como se ordena que se haga. , y seguro que será castigado por Dios. Pero, ¿por qué deberíamos yo y mi familia, que te deseamos lo mejor, ser objeto de tu ira?

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