Así que me paré sobre él y lo maté, porque estaba seguro de que no viviría después de su caída; y tomé la corona que [estaba] en su cabeza, y el brazalete que [estaba] en su brazo, y los he traído acá a mi señor.

Ver. 10. Entonces me paré sobre él y lo maté. ] Mentira y todo: pero esta palabra fue su muerte, David lo juzgó de su propia boca. Plutarco nos cuenta que Artajerjes ordenó que le clavaran tres agujas en la lengua a cierto soldado, qui mentitus fuerat duos hostes se obtruncasse, quien mintió diciendo que había matado a dos enemigos.

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