Y sucedió que, apenas hubo terminado de hablar, he aquí que los hijos del rey vinieron, alzaron la voz y lloraron; y también el rey y todos sus siervos lloraron profundamente.

Ver. 36. Y el rey también… lloró muy apesadumbrado.] Heb., Con un gran llanto grande: este fue el producto de su dulce pecado con Betsabé. Macrobio nos dice que los romanos colocaron la imagen de Angeronia sobre el altar de Volupia. Y los poetas fingen que el placer y el dolor una vez se acusaron mutuamente ante Júpiter: y que cuando él no pudo decidir las controversias entre ellos, los amarró con una cadena de adamas, y así los hizo compañeros inseparables.

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