Sin embargo, un muchacho los vio y se lo dijo a Absalón; pero ambos se fueron rápidamente y llegaron a la casa de un hombre en Bahurim, que tenía un pozo en su patio; adonde bajaron.

Ver. 18. Sin embargo, un muchacho los vio. ] Como el diablo nunca quiere instrumentos en tales casos para hacer daño. Quién era este muchacho, no importa; pero seguro que no era ninguno de los jinetes de Absalón, como escribe Josefo.

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