Pero Sehón, rey de Hesbón, no nos dejó pasar por él; porque el SEÑOR tu Dios endureció su espíritu y obstinó su corazón para entregarlo en tu mano, como parece hoy.

Ver. 30. Había endurecido su espíritu. ] Deus quem destruit, dementat. Dios pone en ridículo a aquellos a quienes intenta destruir.

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