Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos los mirarán, y desfallecerán en ellos todo el día, y no habrá fuerza en tu mano.

Ver. 32. Y tus ojos mirarán. ] Es triste ver a nuestros hijos asesinados ante nuestros ojos, como hizo el Emperador Mauricius; o mal utilizado por un enemigo despiadado. Las palomas a veces se sientan en sus palomares y ven sus nidos destruidos, sus crías arrebatadas y asesinadas ante sus ojos, ni se ofrecen jamás a rescatarlas o vengarse, como todas las demás criaturas hacen o desean hacer.

Y fracasar en mirar. ] Como lo hizo la madre de Sísara. Jueces 5:28

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