Aparta, pues, de tu corazón el dolor, y aparta de tu carne el mal; porque la niñez y la juventud son vanidad.

Ver. 10. Quita, pues, el dolor de tu corazón. ] Uno hubiera pensado que debería haber dicho más bien, considerando las premisas, quita el gozo de tu corazón, "Que tu risa se convierta en luto, y tu gozo en pesadez", Santiago 4: 9 convierte todos los arroyos en ese canal que puede conducir ese molino que puede moler el corazón. Pero por dolor aquí, o indignación, como Tremellius lo traduce, el Predicador significa pecado, la causa del dolor; y así se interpreta a sí mismo en las siguientes palabras: "Aparta el mal de tu carne", es decir, mortifica tus deseos.

Porque la infancia y la juventud son vanidad. ] La Septuaginta y la Vulgata lo traducen, La juventud y el placer son cosas vanas. Ambos pronto llegarán a su fin.

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