Y los magos hicieron así con sus encantamientos para sacar piojos, pero no pudieron; así hubo piojos en el hombre y en la bestia.

Ver. 18. Pero no pudieron. ] Aunque lo intentaron, como lo hizo el mago de Amberes, quien, siendo requerido por los comerciantes ingleses allí para realizar sus hazañas y mostrar su astucia, después de mucho sudor y trabajo, cuando vio que nada podía avanzar, pero que todos sus Los encantamientos eran nulos, se vio obligado a confesar abiertamente que había un hombre en la cena que perturbaba y obstaculizaba todos sus actos. Este fue el señor Tyndale mártir, que, al enterarse de este mago, había deseado algunos de los comerciantes que pudiera estar presente para verlo jugar, un & c.

un acto. y Mon., fol. 985.

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