Comentario completo de John Trapp
Génesis 34:16
Entonces te daremos nuestras hijas, y nos llevaremos a tus hijas, y moraremos contigo, y seremos un solo pueblo.
Ver. 16. Entonces daremos a nuestras hijas. ] Si Jacob estuvo presente en toda esta conferencia, no es seguro. Es probable que no lo fuera. Porque seguramente, él los habría disuadido de hacer esto; o, si hubiera consentido, habría dicho algo más a los siquemitas, para mayor seguridad de ellos. Es una máxima en Maehiavel; Fidem tamdiu servandam esse, quamdiu expediat.
Pero Jacob no había conocido esta profundidad del diablo: sus hijos podrían dominarlo mejor. Parecen ser algo afines a esos tracios, de quienes se decía antiguamente, Eos foedera nescire; que no conocían pactos; o los turcos en este día, cuyos pactos, fundamentados en el derecho de gentes, sean ellos sin capitulaciones tan firmes concluidas, o con solemnidad de juramento confirmado, no tienen para ellos más fuerza que la de su propio beneficio; sirviendo, de hecho, pero como trampas en las que enredar a otros príncipes.
a No hay fe, dicen, para estar con perros; es decir, con los cristianos. BY esto, tal vez, lo han aprendido de aquellos pseudocristianos, los papistas, que los trataron tan pérfidamente en la gran batalla de Varna; donde Amurath, el gran turco, al ver la gran matanza de sus hombres, a pesar del juramento que le hizo el rey Ladislao, prescindido por el legado del Papa, y contemplando la imagen del crucifijo en las enseñas mostradas por los cristianos voluntarios, Arrancó la escritura de su seno, donde estaba comprendida la última liga, y sosteniéndola en su mano, con los ojos alzados al cielo, dijo: He aquí, crucificaste a Cristo, esta es la liga de tus cristianos, en tu Nombre, hecho conmigo, que ellos, sin causa, violaron: Ahora, si eres un Dios, como dicen que eres, y como soñamos, venga el mal ahora hecho a tu Nombre ya mí; y muestra tu poder sobre tu pueblo perjurio, que,
c Y sucedió en consecuencia: porque Dios odia el trato sucio y desleal. Zacarías 5:4 Rom 1:31 Periurii poena divina exitium; humana, dedecus. Ésta era una de las leyes de las doce mesas de Roma. D
un turco. Hist.
b Ibíd., 755.
c Ibíd., 297.
d Heu avaro, etsi quis primo periuria celat, Sera tamen tacitus poena venit pedibus - Tibull.