Entonces Pedro abrió la boca y dijo: En verdad, percibo que Dios no hace acepción de personas:

Ver. 34. No hace acepción de personas ] Es decir, de su estado exterior y condición, como país, sexo, riqueza, sabiduría, etc. Las cosas externas no ayudan ni lastiman, agradan ni desagradan a Dios, sino como en el hombre bueno o malo; como un cifrado en sí mismo no es nada, pero una cifra que se pone delante de él, aumenta la suma.

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