Por tanto, unos gritaban una cosa y otros otra: porque la asamblea estaba confundida; y la mayor parte no sabía por qué se habían reunido.

Ver. 32. No sabía por qué, etc. ] No más lo hacen la mayoría de nuestros oyentes comunes. Siguen a la manada y creen como cree la Iglesia. Dirán que vienen a la Iglesia para servir a Dios; pero quién es ese Dios, cómo ser servido, en qué y en quién ser servido, no lo saben. Si ventri bene sit, si lateri, como Epicuro en Horacio, si el vientre puede estar lleno, la espalda ajustada, les basta.

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