Lamentándose sobre todo por las palabras que pronunció, para que no volvieran a ver su rostro. Y lo acompañaron al barco.

Ver. 38. Doloridos más ] Son, pues, qui ferream et inmanem constantiam exigunt a fidelibus, quienes exigen de los cristianos una apatía estoica o insensibilidad a las cruces y a los hechos dolorosos. (Calvino.) La religión no desarraiga las pasiones naturales, sino que las regula. La separación de los queridos amigos (que son como el alma de un hombre, Deuteronomio 13: 6) es tan dolorosa que la muerte misma se llama una "partida".

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