Pero todos somos como cosa inmunda, y todas nuestras justicias como trapos de inmundicia; y todos nos marchitamos como una hoja; y nuestras iniquidades, como el viento, nos llevaron.

Ver. 6. Pero todos somos como una cosa inmunda. ] Tanto nuestras personas como nuestras acciones lo son; porque "¿quién sacará cosa limpia de lo inmundo?" ¿Qué misericordia es entonces que Dios mire esos estercoleros ambulantes como nosotros y acepte la obra de nuestras manos?

Y todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia. ] a O, Como abrigo de parches, abrigo de mendigo, vestis centonum, vestis e vilibus paniculis consuta. Heb. Un paño de separaciones, un trapo matury, un golpe menstrual, nauseabundo y odioso, como el que un hombre detestaría tocar, mucho más para tomar. Tales son nuestras mejores obras según proceden de nosotros; cuando brota dentro de nosotros alguna dulce fuente de gracia, nuestros corazones se hunden estrechamente en su inmundicia, como los filisteos trataron con Isaac; dejan caer de sus manos impuras un poco de inmundicia sobre esa tela pura que el Espíritu teje, y la convierten en un paño menstrual.

¿Dónde, entonces, están los poderes judiciales, nuestros traficantes de méritos? &C. A los que buscan ser salvos por sus obras, Lutero llama adecuadamente a los mártires del diablo; sufren mucho y se esfuerzan mucho en ir al infierno. Todos somos propensos a tejer una red de justicia propia, a tejer un hilo propio para subir al cielo, pero eso no puede ser. Debemos hacer todas las justificaciones, no descansar en ninguna más que en la de Cristo, negando lo mejor de nosotros como manchado e imperfecto.

Y todos nos desvanecemos como una hoja. ] Que cae al suelo en otoño. El poeta podría decir

"Oιηπερ φυλλων γενεη, τοιηδε και ανδρων". - Hom.

Y nuestras iniquidades, como el viento, nos han llevado. ] Fuera de tu presencia; y nos apresurará al infierno, si no te defiendes.

a Panno ancumulentae. - Scultet.

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