Así dice el SEÑOR: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, anduvieron en pos de la vanidad y se volvieron vanos?

Ver. 5. ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres? ] ¡Cuán irrazonable fue su apostasía! ¡Y cuán insensato es tu súplica por su ejemplo! Nada es más irracional que la irreligión.

Que se han ido lejos de mí. ] ¿Estáis cansados ​​de recibir tantos beneficios de un solo hombre? dijo Temístocles a sus ingratos compatriotas.

Y anduve tras la vanidad. ] Un ídolo no es nada en absoluto, sino sólo en la vana opinión del idólatra.

Y se vuelven vanos, ] scil., "En sus imaginaciones"; Rom 1:21 tan vanidosos como sus mismos ídolos. Sal 115: 8

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