Pero Jeremías dijo: No te librarán. Oye, te ruego, la voz del SEÑOR que yo te hablo; así te irá bien, y vivirá tu alma.

Ver. 20. No te librarán. ] Esto el buen profeta habla de la boca del Señor, para curarlo de ese temor sin causa, y para llevarlo a una mejor obediencia; pero ya era hora del día para que él se sintiera afectado por cualquier cosa que pudiera decirse, aunque nunca tan bien.

Así te irá bien, y tu alma vivirá. ] Esta es también la voz del evangelio y el resultado de todas las promesas.

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