Y vi, y di testimonio de que este es el Hijo de Dios.

Ver. 34. Aud lo vi y lo relato ]. Los que quieren persuadir a otros, deben estar fuertemente persuadidos a sí mismos ("Creímos, por eso hemos hablado", 2 Corintios 4:13; y "conociendo, pues, el terror del Señor, persuadimos a los hombres", 2 Corintios 5:11); o al menos deben parecerlo, como esos odiosos apóstatas, Judas, Demas, Ecebolus, Speiser, Pendleton, Harding (el adversario del obispo Jewel), quien fue uno mientras un predicador atronador, deseando poder gritar contra el papado tan fuerte como las campanas de Osney; y exhortando a la gente de este tipo (como testifica el Sr. Fox) un poco antes de la muerte del rey Eduardo VI, que si se presentaban problemas, nunca deberían rehuir la verdadera doctrina del evangelio que habían recibido; pero tómelo más bien como una prueba enviada por Dios, para probarlos, si la cumplirían o no. Todo lo cual es cierto (dice mi autor) pueden testificar los que le oyeron, y estar todavía vivos; quienes también previeron la plaga que vendría, fueron entonces muy confirmados por sus palabras. (Hechos y Lunes)

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