Y Dalila dijo a Sansón: Te ruego que me digas en qué [reside] tu gran fuerza, y en qué estarás obligado a afligirte.

Ver. 6. Dime, te ruego, en qué tu gran fuerza. ] Es probable que Sansón, en algún momento u otro, se hubiera dado cuenta de que su gran fuerza residía en algo de lo que podía verse privado, aunque todavía nunca dijo en qué; y ahora casi no se sentía atraído por él.

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