Y él le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.

Ver. 31. Todo lo que tengo es tuyo ] Al menos en tu vanidad. Sin embargo, te consideras feliz y parece que ya tienes un pie en el pórtico del paraíso. Los autoengañadores instalarán innecesariamente su contador por mil libras y no creerán, pero su centavo es muy buena plata. Reclaman a todos, como hizo el loco de Atenas a todos los barcos que entraron en ese puerto, como a los suyos.

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