Y Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Ver. 43. De cierto te digo ] Mira el amor infinito de Cristo a los pecadores arrepentidos, en que cuando colgó del madero, y estaba pagando caro por el pecado del hombre, no rechazó la petición de este malhechor. ¿No nos escuchará ahora que todo está pagado y terminado?

Hoy estarás conmigo ] Esta no es la felicidad de todo hombre. A veces se concede el perdón a quien está en la horca; pero quien confíe en eso, la cuerda puede ser su salario. No es bueno ponerlo sobre el salmo de Miserere Sorrow y el verso del cuello (dice uno), porque a veces no demuestra ser un escribano. La mayoría se ocupa del arrepentimiento como la gente del campo lo hace con los médicos: les encanta no tener que ver con ellos hasta que temen estar jadeando hasta el último suspiro.

El topo empieza a no ver hasta que está a punto de morir: Oculos incipit aperire moriendo, quos clausos habuit vivendo, dice Plinio. La serpiente no se estira en línea recta hasta que ha recibido la herida de su muerte. Pero, ¿qué pasaría si Dios les dijera a esos vagabundos, como el cangrejo de la fábula le dijo a la serpiente moribunda, At oportuit sic vixisse, "Ya es demasiado tarde, deberías haber vivido así?"

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