Y vino una viuda pobre y echó dos blancas, que son un cuarto.

Ver. 42. Dos ácaros ] Un ácaro se valora de nuestro dinero en tres partes de un centavo. (Godw. Ant.) Su ácaro podía pesar poco, pero su corazón pesaba mucho; y así su corazón, puesto en su mínima expresión, le dio peso por encima de las mayores (pero mucho más despiadadas) generosidades de los fariseos.

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